Australia empató a un gol ante una mediocre Dinamarca,
que hasta pudo saberle a poco, y se mantiene con vida en Rusia 2018 que, cada
día, demuestra que ya no es suficiente con el peso de la camiseta.
Si ante Perú ya dieron pistas de que algo no iba bien,
contra Australia, los daneses confirmaron que, por el momento, no les respalda
más que la magnífica racha de diecisiete encuentros sin derrota, que puede no
ser suficiente para entrar en octavos.
Porque, no encuentra el equipo de Age Hareide
continuidad a su juego y eso le crea problemas. Tuvo contra las cuerdas a
Australia, con 20 minutos intensos en los que se adelantó y creó ocasiones,
pero luego, pareció dormitar, entregó el centro del campo a los
"socceroos" y llegó al descanso con el marcador igualado.
Su entrada en el partido le dio la ventaja a los 7
minutos, cuando Nicolai Jorgensen asistió con un precioso pase de espuela a
Christian Eriksen para que la estrella danesa fusilase de media volea.
El propio Jorgensen, de cabeza, pudo ampliar la renta,
pero fue Australia la que logró el empate, con un penalti señalado por Mateu
Lahoz, -una histórica primera pena máxima señalada por un español a instancias
del VAR- tras cambiar de opinión después de ver en las imágenes la mano de
Yurary Poulsen, quien también cometió el penalti ante Perú y se perderá el
próximo partido por acumulación de amonestaciones.
No mejoró el equipo de Hareide tras el paso por el
vestuario y, aunque pudo marcar en un par de ocasiones del céltico Pione Sisto,
quedó demasiados minutos a merced de una selección australiana que cada vez
creyó más en la victoria.
Aaron Mooy, Tom Rogic, Arzani y Leckie pusieron en
apuros a Schmeichel ante un equipo danés cada vez más nervioso, que llegará a
la última jornada con cuatro puntos, pero sin apenas juego.
Fuente:
El Comercio
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