La confirmación de culpabilidad de dos estrechos aliados de Donald Trump,
como son su exjefe de campaña y su exabogado personal amenazan con asfixiar su
Presidencia tras el día más difícil desde que llegara a la Casa Blanca. El 21 de agosto de 2018, el mandatario de
Estados Unidos se vio complicado seriamente en un margen de cinco minutos, el
tiempo que hubo de diferencia entre el veredicto de culpabilidad por fraude
contra su exjefe de campaña, Paul Manafort, y la confesión ante la Justicia de
su exabogado Michael Cohen.
Ahora, y a la espera de cómo puedan avanzar ambos casos, diferentes
opciones podrían acabar con su Presidencia, especialmente tras las
declaraciones bajo juramento de Cohen que implican a Trump en delitos
federales. Un juicio político que conllevara su destitución, una citación
judicial de la fiscalía especial para que declarara como testigo o incluso una
potencial imputación criminal son escenarios hipotéticos que podrían poner en
jaque al magnate y que parecen recibir nuevos argumentos con los últimos
acontecimientos.
Presidencia
amenazada
El experto Michael Cornfield, docente de Liderazgo Político de la
Universidad George Washington, explicó a la agencia Efe que con las
circunstancias que hay sobre la mesa hay más posibilidades de que Trump no
llegue a sus cuatro años de mandato. "Ahora, lo más probable es que Trump
no finalice su mandato en el cargo. El escenario más probable es que (el
vicepresidente) Mike Pence herede su Presidencia", comentó Cornfield,
quien prevé "más turbulencias en la política estadounidense y el Gobierno
en los próximos meses y años".
Por su parte, Ross Baker, politólogo de la Rutgers University, cree que
los últimos acontecimientos han iniciado un proceso por el que Trump podría ser
acusado en un juicio político, pero ve "improbable" que sea depuesto
por el Senado, dijo a la agencia Efe. Para un hipotético proceso de destitución
serán determinantes las elecciones legislativas de noviembre, donde los
demócratas podrían recuperar el dominio del poder legislativo.
¿‘Impeachment’?
De los diferentes escenarios posibles a partir de ahora, en el que está
más claro el procedimiento a seguir es el juicio político o
"impeachment", por el que el poder legislativo puede derrocar a un
presidente si considera que ha cometido un crimen federal. Normalmente, es el
comité judicial de la Cámara Baja el que inicia los trámites y emite una
resolución con los cargos a "juzgar", que serán votados por dicha
cámaras.
Si una mayoría absoluta aprobara esa resolución o al menos uno de los
cargos presentados, se elegiría un grupo de "directores" que harían
de fiscalía y presentarían el caso ante el Senado, donde sus miembros
ejercerían a modo de "jurado" y necesitarían dos tercios para
declararle culpable y dejara la Presidencia.
Tres han sido los presidentes que han encarado un juicio político y dos
fueron absueltos: Andrew Johnson (1868); y Bill Clinton (1998-1999); mientras
que Richard Nixon renunció en 1974 al comenzar el proceso por el caso
'Watergate'.
Una vez finalizado este procedimiento, el presidente es depuesto si es
declarado culpable y puede ser objetivo de una causa criminal, siendo el
vicepresidente quien le sustituye en el cargo. Muy diferente es el caso de la
imputación criminal clásica contra un mandatario en activo, que no se ha dado
nunca, y cuya legalidad es ambigua.
El rol del fiscal
Pese a que el Departamento de Justicia recoge entre sus guías que un
presidente no puede ser imputado, la Constitución no precisa de forma
específica que así lo sea y diversos expertos han elaborado para los Gobiernos
opiniones contrapuestas a lo largo de los años. Sin embargo, según "The
Washington Post", la fiscalía de la trama rusa ya ha dejado claro que hará
caso a esas directrices del departamento, que debe seguir salvo circunstancias
excepcionales.
Tampoco es clara la viabilidad de una citación para declarar, ya que es
dudosa su obligatoriedad, aunque la fiscalía especial, que dirige Robert Mueller,
mantiene que Trump podría ser citado como testigo, de acuerdo a ese periódico.
En 1974, el Tribunal Supremo falló contra Nixon y determinó que el presidente
debía cumplir con una citación, en este caso para contribuir con documentos,
diferente al testimonio.
Medios de comunicación locales han señalado que Mueller lleva meses
negociando una entrevista con Trump, pero su equipo es reticente. Por ejemplo,
en el "impeachment" contra Clinton se presentó el cargo de perjurio o
falsedad bajo juramento como resultado de un testimonio del presidente.
Fuente: RPP
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