Los enigmas rondan como fantasmas en el complejo
arqueológico de las Huacas del Sol y de la Luna, en Trujillo.
En la plazuela de los sacrificios se descubrieron los
restos óseos de un grupo de jóvenes sacrificados en una ceremonia ritual junto
con restos de cerámica, cuyas piezas que se lograron recuperar, al unirse,
hicieron surgir rostros de anónimos personajes moches. Más allá, el “Muro del
tema complejo” seduce a los visitantes con ese mensaje oculto que guardan sus
imágenes de hombres, animales, plantas y estrellas.
Pero es en su museo de sitio donde se exhiben
misteriosas maquetas finamente talladas, textiles de increíble belleza, fina
orfebrería y nuevos hallazgos que ahora serán exhibidos como para aprovechar
los feriados de Semana Santa.
Esta vez se trata de las piezas chimú y ofrendas incas
halladas en los ambientes de las Huacas del Sol y de la Luna y que representan
el respeto de la sociedad quechua al Templo Mayor de los Moche y sus dioses.
Los organizadores aseguran que, en la actualidad, se
cuenta con información sustancial que permite hacer una lectura detallada del
proceso post Moche, que es posible visualizar como evidencias funerarias de la
sociedad Chimú, en el oráculo de sus ancestros.
También se exhibe una ofrenda de filiación inca que
corresponde a una “capacocha”: una miniatura que representa a una mujer vestida
con su indumentaria típica, aksu, lliclla, faja, tupu doble y tupu simple. Una
muestra de respeto y reverencia cusqueña a una ideología capaz de construir un
centro urbano ceremonial como las huacas de Moche.
Fuente:
La República
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