Ingrid Arizaga Bandin tenía 36
años, cuatro hijos y se ganaba la vida como 'jaladora' en el puesto de comida
número 13 del mercado Santa Rosa, en el Callao. Un día antes de Navidad, Ingrid
decidió separarse de su pareja, Sandro Gino Villegas Arévalo (43), cansada de
sus celos, adicción a la bebida y la violencia que ejercía sobre ella. Sus
amistades dicen que nunca lo denunció para no poner en riesgo su trabajo como
agente de seguridad en la empresa Intsecur Police SAC, que brinda resguardo al
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).
A quemarropa
La tarde del último miércoles, a
las 12:42 de la tarde, mientras Ingrid atendía en el restaurante fue
sorprendida por su expareja, quien tras una breve conversación le disparó a
quemarropa con total sangre fría delante de decenas de personas que a esa hora
transitaban por los pasillos del mercado. El primer proyectil le impactó en la
pierna, haciéndola caer. La mujer trató de levantarse para escapar, pero el
asesino le disparó dos veces más.
Vestido con saco y corbata, y
ante el asombro de los testigos, el vigilante escapó pistola en mano por la
avenida Juan Pablo II con dirección a la avenida Óscar R. Benavides, antigua
Colonial, donde fue atrapado por agentes del Escuadrón de Emergencia y llevado
al Departamento de Investigación Criminal-Callao por encontrarse en flagrancia.
Durante su traslado a la sede
policial, Villegas vociferaba con odio la actitud independiente que su expareja
había tomado tras su separación. Le dolía sobremanera que Ingrid haya decidido
apartarlo de su vida tras tantos años de convivencia y al sentir que la perdía
la mató. Así, tras el registro personal, la policía halló el revólver Taurus
usado en el crimen. El arma, sin embargo, no correspondería a la usada en su
empleo, según consta en el carnet de licencia para portar armas que se le
incautó.
Fuente: La República
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