Decenas
de personas transitan el centro de Buenos Aires a la salida de sus trabajos y
todavía aprovechan para buscar en las tiendas las mejores ofertas en un día en
el que el dólar cerró a 40 pesos y la inflación registró la mayor alza del año,
y solo esperan que su país no termine corriendo la misma suerte que Grecia.
"Deseo
que no vuelva a haber una crisis como la del 2001 porque la padecimos muy feo,
no quiero que seamos Grecia y quiero que seamos nosotros quienes decidamos
nuestras propias políticas", traslada Sandra Buccafusca, que acaba de
terminar su jornada laboral como socióloga en la Secretaría de Trabajo.
La
devaluación desde finales de abril se aceleró de tal forma que, en medio de la
inestabilidad financiera, el Gobierno argentino acudió al Fondo Monetario
Internacional (FMI), y acordó un crédito de 50,000 millones de dólares durante
tres años.
"Tiene
que haber un cambio profundo del modelo económico que está planteando esta
gestión de Gobierno, no sé si está en su voluntad, creo más bien que no",
defendió la trabajadora del ex Ministerio de Trabajo argentino.
Protestas por la
crisis
A
principios de septiembre, en un intento de paliar la ya reconocida crisis
económica, el presidente Mauricio Macri redujo el número de ministerios de 19 a
10, fusionando con el resto de ministerios las carteras de Salud, Trabajo,
Ciencia y Cultura, que pasaron a ser secretarías de Estado.
Las
protestas han protagonizado los telediarios argentinos durante las últimas
semanas, y los sindicatos de Salud o Trabajo han sido los primeros en tomar las
calles, algo que para Buccafusca es la "única alternativa" que le queda
a Argentina "como sociedad".
Este
jueves, en el que el dólar cerró en uno de sus picos máximos en las últimas
semanas, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) ha anunciado que
el índice de precios al consumidor registró en agosto una subida del 3,9 %
frente a julio, el mayor salto registrado en lo que va de 2018.
"Las
organizaciones sociales reciben dinero del Estado y la inflación y la subida
del dólar se produce porque el Estado gasta más de lo que ingresa, así que es
un círculo vicioso", opinó en diálogo el asesor financiero Alejandro
Cervantes, para quien el Ejecutivo conducido por Macri debe realizar "más
recortes".
Golpe a las clases
más bajas
El
alza del 3,9 % verificada el pasado mes es la mayor del año -el registro más
alto había sido hasta ahora el de junio, de 3,7 %- y evidencia una aceleración
de los precios.
En
paralelo, el precio del dólar estadounidense ha acumulado en lo que va de año
una subida del 111,6 % en el mercado cambiario local, una subida que afecta al
bolsillo de los argentinos, como afirmó Leandro Díaz, empleado del Correo
Argentino, que recalca que la inflación y devaluación se suman a la escasa
actualización de los salarios.
"Vivimos
con un salario congelado donde en poco menos de una semana se ha devaluado por
lo menos un 30 %. No tenemos una instancia de paritarias, que es la instancia
que se negocia el salario con la empresa privada o estatal, y esto nos afecta
directamente porque cada vez tenemos menos plata en el bolsillo", reclamó
el joven.
Sin
embargo, este martes, el Banco Central admitió que los indicadores dejaban
vislumbrar una "nueva aceleración" de la inflación en agosto y
septiembre. Una crisis que, para Díaz, va llegando a las clases más bajas y
calando en las medias, que se resignan a comer "menos carne en el país de
la carne". La que "siempre sobrevive", bromea el joven, "es
la clase alta".
Fuente: RPP
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