El Real
Madrid se negó a entregar la corona de la Liga de Campeones antes de tiempo
ante el PSG, el equipo al que, por inversión y estrellas, se le señala como un
posible heredero, y, aupado por un doblete de Cristiano Ronaldo, irá a París
con una importante ventaja de 3-1, nada definitiva pero muy importante.
El Real
Madrid tiene mucho peso en Europa. Su transformación es absoluta. Y hasta
cuando lo está pasando mal y sufre tiene la fortuna y el acierto que acompaña a
los grandes en los momentos de la verdad. Como le ocurrió el pasado ante el
Nápoles, comenzó perdiendo y acabó venciendo por 3-1.
La
fogosidad, como otros tantos encuentros, le duró al Real Madrid media hora y en
esta oportunidad no le reportó gol alguno. El cuadro parisino poco a poco se
asentó y comenzó a ofrecer balones a Neymar principalmente, perdido de salida
en el fragor de las faltas.
El
brasileño protagonizó la primera llegada con auténtico peligro del PSG, pero se
excedió en los regates y perdió el balón. En la continuación disfrutó el
conjunto de Zidane de una gran ocasión con una contra fugaz con pase de Marcelo
a Cristiano Ronaldo, cuyo disparo se estrelló en la cara de Areola.
Kylian
Mbappé se marchó por primera vez por su banda derecha, envió un centro al área
que acabó en Adrien Rabiot tras dejar pasar Edinson Cavani y despejar Nacho
Fernández. El internacional francés no perdonó.
Sin
brillo, pero con corazón volvió al pulso. Areola volvió a protagonizar una
magnífica parada a tiro de un desaparecido Karim Benzema, pero en el saque de
córner el árbitro señaló penalti en una acción de Lo Celso sobre Toni Kroos.
Cristiano Ronaldo cumplió con su cita con el gol. El luso había marcado en
todos los partidos de la presente 'Champions' y no falló para devolver al Real
Madrid al partido y a la eliminatoria en un momento clave, justo antes del
descanso.
El
campeón francés supo capear esa fase de dominio blanco y hacerse de nuevo con
las riendas ante un Real Madrid que comenzaba a languidecer en el plano físico
y por lo tanto en el juego.
Zinedine
Zidane esperó hasta el minuto 79 para dar entrada a Lucas Vázquez y a Marco
Asensio en busca de frescura y auxilio en las bandas.
La
partida de ajedrez parecía destinada a las tablas. Nada más lejos de la
realidad. Asensio fue determinante. Dos centros suyos desde la izquierda
obraron la remontada. Cristiano Ronaldo, con fortuna, marcó su gol 101 con la
camiseta blanca en la Liga de Campeones, y Marcelo redondeó una noche que
devuelve la ilusión al madridismo, aunque tendrá que confirmarla el Real Madrid
en el Parque de los Príncipes.
Fuente: RRP
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