Paolo Guerrero choca, avanza, cae, se levanta y sigue
peleando. Antes de venir a Lima para jugar por Perú, el capitán del
seleccionado demostró de qué está hecho en la final de la Copa de Brasil ante
Cruzeiro.
No se guardó nada el peruano, pero no le alcanzó para salir campeón y
perdió en la tanda de los penales.
Tras el 1-1 en Río de Janeiro, el partido de vuelta se jugó
con el cuchillo entre los dientes. El técnico colombiano Reinaldo Rueda le
renovó la confianza a Miguel Trauco, que volvió a ser titular como lateral por
izquierda. Mientras que con Paolo no le quedan dudas, lo pone de punta de la
lanza cuando Flamengo se tira al ataque.
Los peruanos, que este año han intercalado amarguras, como
la eliminación temprana en la Copa Libertadores (fase de grupos), y alegrías,
como el título del Torneo Carioca, no pudieron celebrar.
Ganar la Copa de
Brasil le habría asegurado al ‘Mengao’ la clasificación directa a la próxima
Copa Libertadores 2018 con el boleto de Brasil 2.
Como el subcampeón, en tanto, se embolsaron 2 millones de
reales (más de 600 mil dólares) en sus arcas. Por su cuenta, el Cruzeiro se
convirtió en el máximo ganador de la Copa de Brasil con seis estrellas en sus
vitrinas.
Fuente: El Comercio
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