viernes, 10 de abril de 2015

Acuerdo Transpacífico afectará soberanía en las políticas de salud


La lucha en solitario del Ministerio de Salud contra la multinacional farmacéutica Brystol-Myers Squibb por lograr declarar de interés público un fármaco antirretroviral que nos cuesta 25 veces más que en Bolivia debido a una patente es una "chiquita" para lo que podría esperarnos en el caso de que el Perú ratifique sin salvaguardas el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP por sus siglas en inglés).

Este acuerdo se negocia a puerta cerrada desde el 2010 por EE.UU. y 11 países, entre ellos el Perú, que representan en total el 40% del comercio global, lo que convierte al TPP en el acuerdo comercial más amplio y polémico llevado a cabo hasta la fecha. 

Lo poco que se conoce del contenido de este acuerdo procede de las sucesivas filtraciones de WikiLeaks de capítulos como el de Propiedad Intelectual,  Transparencia e Inversiones, que tienen serias implicancias en el acceso a medicamentos.

El pasado 25 de marzo, La República y el diario La Jornada de México denunciaron en simultáneo cómo el capítulo de Inversiones del TPP expone a los países a demandas multimillonarias en tribunales supranacionales de arbitraje si un inversionista considera que la política de un Estado ha afectado sus ganancias presentes o futuras.

No solo multinacionales como Doe Run, quien ya demandó al Perú ante un tribunal de arbitraje por 800 millones de dólares al amparo del TLC con EE.UU., podrán demandar al Perú. También lo harán compañías farmacéuticas si consideran que han sido dañados sus derechos a la Propiedad Intelectual.

El actual Acuerdo de Derechos de Propiedad Intelectual (APDIC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) no contempla que los laboratorios puedan presentar demandas ante la OMC. Tan solo los Estados.

Sin embargo, el capítulo de Inversiones del TPP, en su acápite 2, cambiaría las reglas de juego al permitir las demandas "inversionista-Estado", pues faculta a las empresas que operan en cualquiera de los 12 países a demandar por expropiación indirecta, un concepto que englobaría "en circunstancias excepcionales" normas para salvaguardar el interés público en áreas como la salud .
Como antecedente, la organización Public Citizen (EE.UU.) pone como ejemplo la demanda de la multinacional farmacéutica Eli Lilly (EE.UU.) contra Canadá por 100 millones de USD, amparada en el TLC de América del Norte (TLCAN).

Lo sorprendente es que, según el último texto filtrado del Acuerdo, solo Australia se opone a la jurisdicción de este tribunal supranacional en el caso de tratamientos médicos considerados de interés público.


FUENTE: LA REPUBLICA

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