miércoles, 14 de enero de 2015

El pueblo que se desvanece en las alturas


Nació a 4.700 metros sobre el nivel del mar gracias a la minería y que hoy, a más de cuatro siglos de su nacimiento, está condenado a desaparecer por la misma actividad.

En uno de los picos más altos de Junín, entre Ticlio y La Oroya, entre las cumbres nevadas y la contaminación minera, aún existe un puñado de 200 familias aferradas a su raíz.  Morococha es un pueblo que va desapareciendo lenta y nostálgicamente. Aunque da la impresión de que nadie los quiere ver, no son invisibles

Más de la mitad del territorio son escombros en donde antes hubo casas que fueron compradas por la minera Chinalco y vive condenado a desaparecer por la misma actividad.  De las que aún quedan en pie, muchas tienen en sus fachadas una numeración que indica que ya están próximas a la demolición. 

La entrada de Morococha está contaminada con residuos de la actividad minera y acumula toda una sábana de basura que nadie quiere limpiar. A esto hay que sumarle que el aire que se respira en la zona está cargado con una fuerte dosis de relave minero en polvo. Las plantas de tratamiento que rodean al pueblo no dejan de operar y eso genera un residuo que, en forma de polvillo, se ha expandido hasta alojarse en los pulmones de toda la población.

El alcalde de Morococha, Luis Arias Herrera, se refirió y dijo que están alistando un proyecto que implica un monitoreo ambiental. 

Fuente: La República

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