Al
finalizar el partido de la selección brasileña con
Sudáfrica, un niño pequeño
ingresó a la cancha intentado seguir a los sudamericanos. La seguridad corrió
para intentar sacarlo del lugar, pero fue Neymar en persona quien los detuvo y cargó al
menor.
El
pequeño, que solo quería estar con el jugador del Barcelona, logró
sacarse varias fotografías con todo el plantel de Brasil, para alegría de él y
de su padre.
Luego,
todo el plantel lo cargó como si fuera un campeón, un momento que de seguro el
pequeño jamás olvidará.
Las
cámaras del estadio Soccer City captaron todo el hecho, imágenes que dieron la
vuelta al mundo.
Fuente
Correo
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