Habían pasado cinco días del asesinato de Vylma Niño de Guzmán y mientras Stephanie, de 14 años, hacía su vida con total con total tranquilidad, el cadáver continuaba en una de las habitaciones de la casa. Según el testimonio del enamorado de la menor, recién el 16 de enero volvieron a verse. Ese día la parricida le confesó que el asesinato no había sido una casualidad ni producto de la discusión del momento.
“Stephanie ya estaba decidida a matar a su madre. Le confesó que la relación entre ambas no era buena y que incluso hubo agresiones de por medio”. Según comentó en su testimonio a la policía, dijo Fernando, de 16 años.
“Me contó que en una ocasión ella preparó veneno para darle a su mamá pero que al combinarlo con la gaseosa esta se volvió medio azulina y por eso no se lo dio”, indica en su declaración.
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