Los Hermanos Musulmanes han
prometido que no abandonarán las calles ni sus protestas hasta que Mohamed
Morsi sea devuelto a la presidencia que ganó en las urnas. Y mientras ayer la
plaza de Tahrir en El Cairo celebraba con vítores y fuegos artificiales el
golpe de Estado, los partidarios islamistas del presidente depuesto marcharon a
decenas de miles al cuartel de la Guardia Republicana, donde este se halla a recaudo
militar. El resultado fueron al menos 51 muertos, según un portavoz de los
servicios de emergencia. El Ejército dijo que los islamistas trataron de
asaltar el cuartel y mataron a un soldado. Los manifestantes aseguran que su
marcha era pacífica.
El partido salafista Nur, que
había respaldado el golpe de Estado con la excusa de propiciar nuevas
elecciones, retiró este lunes su apoyo a la oposición que apoyó la derrocada,
debilitando notablemente al ya de por sí frágil gobierno interino. “Hemos decidido
retirarnos inmediatamente de las negociaciones en respuesta a la masacre
ocurrida frente a la Guardia Republicana”, ha dicho Nader Bakkar, el líder de
Nur, que es la segunda fuerza islamista de Egipto tras los Hermanos Musulmanes.
Bakkar luego ha rectificado sus declaraciones: ha afirmado a Al Yazira que no
se han retirado de la conversaciones, sino que las han "suspendido".
En los pasados días la elección de primer ministro ha bloqueado las
negociaciones entre esas fuerzas, unidas en su oposición a Morsi pero
enormemente divididas en asuntos como el futuro político de su país.
El presidente interino, el juez
Adli Mansur, propuso para el puesto al premio Nobel de la Paz Mohamed el
Baradei y al abogado Ziad Baha el Din, fundador del Partido Social Demócrata de
Egipto. El partido Nur se negó a aceptar a ninguno de ambos.
El gran imán de la mezquita y
universidad de Al Azhar, el centro religioso más importante de Egipto y del
islam suní, ha indicado que no saldrá de su domicilio hasta que "termine
el derramamiento de sangre egipcia". En un comunicado al país, Ahmed al
Tayeb pidió "como ya he hecho muchas veces", "un gran acuerdo de
reconciliación nacional" que evite que el país se sumerja en la guerra
civil.
La agencia oficial de noticias
MENA dijo este lunes que un grupo islamista ha secuestrado a dos soldados,
identificados por fuentes militares como Samir Abdallah Ali y Azzam Hazem Ali,
quienes fueron capturados en un coche y obligados a grabar declaraciones a
favor de Morsi. La fiscalía, por su parte, ordenó el cierre del Partido
Libertad y Justicia, brazo político de la Hermandad, después de que la policía
encontrara armas blancas y de fuego en el interior de su sede, según un
portavoz gubernamental.
Fuente: El País
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