María Elena Moyano, 20 años después
Tenía 34 años y
dos pequeños de 10 y 8 años, a sus asesinos no les bastó con matarla, luego de morir fue despedazada por una
bomba que Sendero Luminoso colocó en su
inerte cuerpo.
Testigos: sus
hijos a quienes les pidió que se tiren
al piso para que no vean lo que hacían
con ella.
María Elena Moyano Delgado vivía en Villa El Salvador, uno de los distritos más golpeados por la pobreza y por la violencia senderista, ella , solo pedía un país libre de violencia en el que puedan crecer sus hijos y los hijos de
todos los peruanos, se enfrentó cara a cara
con valentía, a quienes solo sabían cubrirse el rostro, para ocultar sus crímenes.
El 15 de febrero
del año 1,992 delante de sus vecinos y sus hijos, un comando de aniquilamiento que
buscaba según ellos el “equilibrio
estratégico“ integrado por hombres y
mujeres, algunos de los cuales eran sus propios vecinos, llegaron a matar a quien
para ellos era, una enemiga.
Moyano había
osado desafiar, el llamado al paro armando que los delincuentes terroristas habían convocado para Lima, ella
congregaba a cientos de personas de los comedores
populares, comités de vaso de leche y asentamientos humanos, por lo tanto era un obstáculo para la “batalla decisiva” que
había planeado la cúpula senderista.
Según el testimonio de Esther Flores, compañera de
organización de Moyano en el informe de
la CVR, la “Madre Coraje” fue salvajemente asesinada: “Lo que vi, fue un cuerpo
destrozado, los intestinos tirados, la cabeza en el techo, y la sangre que bañó
toda la pared del local, que era blanca y roja en ese momento”. (CVR. Audiencia Pública de Casos, realizada
en el departamento de Lima. Caso 22. Cuarto grupo. 22 de junio del 2002).
La muerte de
María Elena Moyano, fue un punto
importante de partida para la integración de la mujer en la vida política
peruana. Su muerte fue solo un peldaño de un
proceso de asesinatos selectivos que los senderistas había planificado para
desestabilizar a las organizaciones comunales, que no seguían sus preceptos y que luchaban no solo contra el terror, sino contra la desnutrición que en ese momento
golpeaba fuertemente a la nación, precisamente por el estado de terror que vivía nuestro país.
20 años después,
sus hijos y su esposo, viven asilados en España y María Elena Moyano continúa
siendo el símbolo de la fuerza de una
mujer que no tuvo miedo de afrontar a sus cobardes asesinos, aún sabiendo cual era el mensaje que llevaban.
La “Marcha por
la Paz” que ella convocó, le costó la vida, pero dejó en sus seguidores las
ideas de no temer al terror de las balas y las
bombas con las que los
terroristas pretendían desaparecer las ideas de Moyano.
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