La
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, prometió el miércoles que “luchará hasta
el último minuto” para impedir un proceso con miras a su destitución, pero la
desbandada en su base de apoyo en la Cámara de Diputados no cesa y compromete cada
vez más su situación.
"Sé
que los brasileños están de mi lado y que venceremos esta batalla",
declaró Rousseff en alusión al proceso de votación que comenzará el próximo
viernes en la Cámara de Diputados y definirá si el trámite para un juicio
político llega al Senado, que tendrá la palabra final sobre el asunto.
Para
que el proceso llegue a esa instancia, la oposición necesita una mayoría
calificada de 342 votos de los 513 posibles en la Cámara de Diputados, que en
caso contrario archivará la causa (ver Infografía).
Rousseff
participó en un acto público y dio a entender que el Gobierno tiene los 172
votos necesarios para impedir esa mayoría o que al menos los promotores del
juicio no llegarán al número clave de 342.
El
proceso de votación durará tres días y concluirá el domingo, por lo que
Rousseff aseguró que "la próxima semana", una vez "pasada esta
página", convocará "un diálogo nacional con todos los sectores
políticos, los empresarios, los trabajadores y todos aquellos que quieren un
Brasil mejor".
La
convicción de Rousseff fue refrendada por el ministro de la Secretaría, Ricardo
Berzoini, quien declaró que el Gobierno "está trabajando muy duro en la
recta final y hablando con cada uno de los diputados", a fin de impedir
que se plieguen a la oposición.
Sin
embargo, las cosas parecen cada vez más difíciles para el Gobierno, que el
miércoles volvió a perder apoyos entre su propia base, que se ha ido encogiendo
a medida que se acerca la votación en el pleno de la Cámara Baja.
El
Partido Social Democrático (PSD), que lidera el ministro de Ciudades, Gilberto
Kassab, anunció que la mayoría de sus diputados se ha manifestado a favor de la
posible destitución de Rousseff.
Aunque
no aclaró si el partido respetará la decisión de esa mayoría, dio a entender
que lo más probable es que se libere a cada uno de los 38 diputados del PSD
para que vote de acuerdo con "su propio pensamiento".
Según
calcula la prensa local, al menos 31 de los 38 diputados del PSD pudiera
inclinarse por respaldar el proceso contra Rousseff y sumarse a los cerca de
300 votos que la oposición ya cree tener asegurados. Este martes, Rousseff fue
abandonada por el Partido Progresista (PP), que tiene la cuarta minoría en la
Cámara de Diputados y se decantó también por votar a favor de que responda a un
juicio con miras a su destitución.
Fuente: La República.
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